Cada vez se están optando más por energías alternativas para los coches, como son los coches eléctricos, la pila de hidrógeno, GNC Y GLP… con el objetivo de erradicar al combustible completamente, sobre todo al diésel.
Una de las alternativas es como mencionamos anteriormente, el e-fuel o combustible sintético, que es un carburante líquido similar al que usamos en la actualidad. La gasolina proviene de una fuente de energía fósil, que ha tardado millones de años en formarse, sin embargo, el carburante sintético cobra vida con relativa rapidez gracias a un proceso químico a partir de hidrógeno
El proceso de obtención de dicho combustible también llamado e-fuel surge de la combinación de hidrogeno y CO2. Primero se captura el CO2, que es extraído del propio efecto invernadero, actuando como materia prima; dicho carbón se puede obtener de manera reciclada del mismo proceso industrial o capturándolo del aire gracias a filtros especiales. Por otro lado, se adquiere hidrogeno del agua, separándolo mediante una técnica de electrólisis, a través de energías procedente de fuentes renovables como placas solares, molinos de viento o turbinas hidroeléctricas.
Luego se le añade carbón para generar un combustible líquido. La combinación del hidrógeno con el dióxido de carbono produce dicho combustible sintético, pudiendo ser gasolina, diésel, gas o incluso queroseno.
Para el proceso de generación del combustible sintético, se evita la utilización de cualquier combustible fósil que genere CO2 en su combustión, por lo que es producción totalmente limpia con el medio ambiente. De esta manera, los combustibles sintéticos se convierten en una energía de emisiones neutras y se postulan como una de las alternativas para reducir emisiones contaminantes en los vehículos.
Al utilizar el CO2 de la atmósfera actual, evita que se incremente, ya que la emisión es neutra. Está utilizando lo que más tarde puede generar, logrando cierto equilibro en la emisión de gases contaminantes para la atmósfera y de efecto invernadero.
El e-fuel, aseguran, tiene una densidad energética superior a la de las baterías utilizadas en los coches eléctricos, el combustible sintético sostenible no reduce la autonomía de los automóviles, aviones, barcos y trenes. Tiene además la ventaja de poder ser transportado de forma segura y menos compleja que el hidrógeno en largas distancias y almacenarse durante un período de tiempo prolongado, como la gasolina actual. Toda la cadena de distribución y almacenaje de carburantes que ya existe podría utilizarse tal cual para los carburantes sintéticos. Y por supuesto, lo mismo ocurre con los coches con motor de combustión interna.
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