Se acerca el verano y con ello los viajes, los atascos, las olas de calor… es una época donde los incidentes suelen ocurrir con más facilidad; estadísticamente el verano es la estación que más accidentes mortales tiene al año.
Al ser la época de más movimiento en la carretera del año, uno se puede ver inmerso en un atasco. Cuando nos encontramos con cola, hay que tener mucho cuidado con la distancia de seguridad con el vehículo de delante, para poder tener tiempo a reaccionar si pasa algo, lo más recomendable es dejar una distancia que permita ver las ruedas traseras del coche de delante.
Durante el verano, la luminosidad es mayor que en otras épocas del año. Tomando las medidas adecuadas, puede prevenir deslumbramientos innecesarios que causen accidentes. Algunas de las medidas más recomendadas son, utilizar gafas de sol como “Barrera” contra el sol, utilizar el parasol convenientemente colocado para que proteja los ojos del conductor de la luminosidad directa del sol.
Procura hidratarte constantemente cuando vayas a viajar, bebe con frecuencia; airea el coche antes de conducir para que durante el viaje el coche se mantenga fresco y sea más cómoda la conducción, (Puesto que durante el verano los coches se suelen recalentar cuando están parados), realiza descansos cada 200 km o cada 2 h para relajar tanto el cuerpo como la vista, si es necesario da un paseo o come algo para mantener la energía alta.
Antes de emprender un viaje es importante que compruebes que todas las partes de tu coche están en perfecto estado para conducir y así evitamos que pueda suceder algún percance; comprueba el estado de las ruedas, los niveles de aceite, el anticongelante o líquido de frenos, además de la carga de aire acondicionado.
Ten el coche fresco durante todo el trayecto. En verano, en España, es una locura viajar sin aire acondicionado. Con el habitáculo bien climatizado se viaja de forma mucho más cómoda y segura, siempre que seleccionemos una temperatura adecuada. Lo más recomendable es viajar a una temperatura de entre 21 y 24 grados, es lo suficientemente fresca, pero no demasiado fría. De esa manera, evitarás resfriados y choques de temperatura, especialmente a personas mayores y niños pequeños. Tampoco es recomendable que la temperatura sea más alta, ya que propiciará la aparición de la somnolencia.
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